En la noche de la ciudad del frenesí se van encendiendo las farolas:
una no, otra sí.
Parpadean y coquetean con el miedo del noctámbulo en los recovecos donde los marginados beben, bailan y gimen amparados en la oscuridad.
Y se reunirán en la mesa de algún antro,
a verse las caras, jugarse las cartas y la fortuna,
no vuelven a sus casas hasta dejar de ver la luna.
Lucía.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada